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Iconos de hoy

Los nuevos iconos no son tales si no aparecen en la pantalla cuadrada cantando canciones pegajosas y vacías, metiendo goles impresionantes o exclamando demagógicos discursos ante un apabullado público. Lo que interesa ahora, sobre todo, es que el objeto de “culto” pueda venderse en cantidades ingentes sin prever las consecuencias que eso genere en nuestras mentes, en nuestros actos.

Publicado: 2015-04-23


Arturo Delgado Galimberti -estupendo escritor peruano, fundador del blog “La secta del ruido" y columnista del portal virtual “Beatlesperú”- se hizo la pregunta que probablemente muchos admiradores de los Beatles nos hemos hecho alguna vez: ¿qué hubiera sucedido si John Lennon nunca hubiera sido asesinado y, en cambio, el de la muerte trágica e inesperada hubiera sido Paul McCartney? 

La pregunta no se quedó ahí y acabo convirtiéndose en un curioso libro (Karma instantáneo para John Lennon, publicado por la editorial Mesa Redonda el 2012) que precisamente narra esa posible realidad alterna. Una historia en la que el añorado e idolatrado beatle desaparecido es Paul, y en donde John vive a la sombra de su ex compañero, eludiendo siempre preguntas sobre lo grandioso que fue trabajar al lado del mítico Paul McCartney, o sobre su aparatoso divorcio de la artista plástica Yoko Ono.

En el libro aparecen destacados ídolos pop como David Bowie, Halle Berry (que en la narración es la nueva pareja de Lennon), Woody Allen, entre otros. Para un seguidor de la música de los Beatles el libro resulta divertido, muy entretenido. Pero al echar un vistazo un poco más profundo, la historia resulta también una crítica muy sutil a la actual sociedad de consumo y sus consecuencias.

Antiguamente los iconos en una sociedad se generaban por actos que trastornaban el curso de la historia; por dogmas y creencias milenarias con tradiciones antiquísimas; por filósofos y sus pensamientos desarrollados en el trascurso de incontables tratados. En estos días quizá todo eso suena arcaico y hasta absurdo. Ahora nuestros ídolos se crean siguiendo las reglas de la religión que ha logrado lo que ninguna en la historia, unir en su seno -sin distinciones de sexo, raza o nacionalidad- a la mayoría de la población mundial: el consumismo.

Los nuevos iconos no son tales si no aparecen en la pantalla cuadrada cantando canciones pegajosas y vacías, metiendo goles impresionantes o exclamando demagógicos discursos ante un apabullado público. Lo que interesa ahora, sobre todo, es que el objeto de “culto” pueda venderse en cantidades ingentes sin prever las consecuencias que eso genere en nuestras mentes, en nuestros actos.

Me ha dado la impresión de que en su libro Arturo Delgado ha querido hablar de forma soslayada de lo anterior mientras fantaseaba con sus músicos favoritos; algo realmente loable porque de esa forma ha logrado lo que un buen libro siempre debe procurar: mostrar y discutir asuntos importantes, mientras nos entretiene de la forma más profunda posible.

Jaime Bueno 

http://agujerointemporal.blogspot.com/


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Jaime Bueno

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